El 29 de junio del 2003 se dio la reapertura del Hipódromo de Maroñas en Montevideo, Uruguay.  Un lindo evento al que asistieron alrededor de 10,000 personas y que contó con la presencia del entonces Presidente de la República Jorge Batlle y los ex Presidentes Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti.

La remodelación del Hipódromo Nacional de Maroñas fue un gran desafío y responsabilidad, que generó grandes expectativas al tratarse de la reconstrucción de un monumento histórico nacional y de gran valor para Uruguay y el turf uruguayo.  La reapertura de este hipódromo produjo un incremento en las actividades, profesiones y oficios relacionados a la hípica tales como: cuidadores, entrenadores, jockeys, vareadores, peones, veterinarios, herreros, domadores, etc.

La actividad hípica uruguaya ha evolucionado favorablemente desde la reapertura de Maroñas.  Los nacimientos registrados por año subieron de mil a mil ochocientos en promedio por año; no solo aumentaron los nacimientos, también ha habido una importante mejora en la calidad de las yeguas madres y de los padrillos que residen en los Haras de Uruguay.   Para quienes vieron ese día 29 de junio el Clásico Apertura y van hoy a las carreras, resulta notoria la mejora en la calidad y número de ejemplares que participan.

La apertura de la continuación de la Ave. Centenario en septiembre del 2016, constituye una obra vial con gran impacto social para el Barrio Ituzaingó el cual ahora cuenta con nuevos espacios públicos.  Asimismo significa una mejora en la calidad de vida para más de doscientas familias realojados en nuevas viviendas.

Es un reto cada vez más importante para los líderes empresariales generar crecimiento económico, cultural y social, en las comunidades donde operamos a través de un modelo de gestión basado en la participación conjunta para el beneficio de la comunidad y del sector hípico.

Aprovechemos esta oportunidad para seguir mejorando. Sobre todo, para trabajar en atraer nuevos visitantes y continuar en la búsqueda de que se conviertan en aficionados a la hípica y propietarios. También es importante para que nuevas empresas se acerquen a la actividad, descubran la realidad del espectáculo de las carreras, participen en distintos eventos y brinden apoyo a la actividad por medio de sponsoreo.  Este aporte de las empresas es una importante contribución al espectáculo y a la industria hípica y debe ser volcado a incrementar el premio hípico, que es el motor que impulsa a criadores y propietarios a continuar con esta actividad.

Ahora que el acceso dejó de ser una barrera para llegar a Maroñas, podemos trabajar mejor. Los escenarios deportivos hoy se destacan por las posibilidades que brindan al cliente “corporativo” de ser anfitriones; en los Estados Unidos, en hipódromos, estadios de basketball o football americano, vemos las llamadas hospitality suites donde empresas invitan y atienden a clientes, proveedores y colaboradores.  Recientemente un amigo que fue invitado por Heineken a la final de la Champions League en Milán, me contó que ya afuera del estadio había un espacio para hacer la “previa”, donde eran agasajados horas antes de que se jugara la final. Este es solo un ejemplo del tipo de actividades que pueden ofrecerse y adaptarse a la realidad de cada lugar.